viernes, 21 de mayo de 2010

Marta Minujin en la Biblioteca "Arq. Federico Ortiz".


Marta Minujín

"El tiempo pasa, los nobeles quedan".

collage sobre papel 65 x 75 cm.


Colección "Tributo de Artistas Plásticos Argentinos".
Instituto de Investigaciones Históricas de la Manzana de las Luces.

Esta obra muestra en un típico collage "Minujin" en homenaje a los cinco Premios Nobel que tiene nuestro país.

Ellos son:

Carlos Saavedra Lamas, Premio Nobel de la Paz en 1936, por su mediación en la resolución del conflicto bélico entre Paraguay y Bolivia. 20° Rector de la Universidad de Benos Aires. Ministro de Relaciones Exteriores. Ministro de Justicia y Diputado de la Nación.
Bernardo Hussey, Premio Nobel de Medicina en 1947, por su trabajo de investigación sobre el lóbulo anterior de la hipófisis y la distribución de la glucosa en el cuerpo, fundamental para comprender la diabetes. Médico fisiólogo. Fundador del Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Presidente de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias.
Luis Federico Leloir, Premio Nobel de Química en 1970, por su investigación sobre los nucleótidos del azúcar y el rol que cumplen en la fabricación de los hidrátos de carbono. Se graduó de médico y dedicó toda su vida a la investigación. Dirigió desde 1947 el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de la Fundación Campomar.
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz en 1980 por su compromiso con la defensa de los Derechos Humanos en toda Iberoamérica. Arquitecto y escultor. Preside el Servicio de Paz y Justicia desde la década del 70.
César Milstein, Premio Nobel de Medicina en 1984, por su trabajo en el desarrollo de los anticuerpos monoclonales. Doctor en Química de la Universidad de Buenos Aires. Becado en Cambridge. Director de la División de Biología molecular del Instituto Nacional de Microbiología. Director de la División Química, Proteinas y Acidos Nucléicos de la Universidad de Cambridge.

Fueron todos ellos personas formidables cuyas vidas constituyen altísimos ejemplos de Argentinidad. Modelos inequívocos para este Bicentenario de la Patria.

Dejamos de lado la formalidad y les contamos una pequeña anécdota de uno de ellos, quizás el más sencillo:

"-Don Fernando puede darme una mano?.
- Si Doctor. ¿Qué necesita usted?.
-Lo de todas las mañanas.
-Ah, ya sé, hay que empujar el auto de su hija.
- Sí, no hay caso, tampoco hoy nos quiere arrancar.
- Ya se lo dije, hágame caso doctor, cambiele batería y platinos.
Eran la nueve menos cuarto del martes 27 de octubre de 1970.
El doctor y Don Fernando apoyaron las palmas de las manos sobre el auto; el motor tosió dos veces, hasta que arrancó.
La hija pisó el acelerador y apenas si tuvo tiempo de saludar. Don Fernando y el doctor recuperaron el aliento.
Quince minutos después el doctor subió a su Fiat 600 y también se fue. Como todos los días.
El doctor se llama Luis Federico Leloir.
A esa hora ya había sido declarado Premio Nobel, allá lejos en Estocolmo. Pero ni él, ni Don Fernando, ni la hija, ni el país, lo sabían."(*)

(*texto de Rodolfo Braceli)

¡ VIVA LA PATRIA.!

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